La tarea de los bomberos es arriesgada y hoy a la mañana se evaluará qué estrategia se puede utilizar ya que cuando se lo tuvo casi apagado, el viento sopló con fuerza y toda la tarea resultó en vano
El incendio desatado el fin de semana en la zona de los pinares de Alpa Corral estaba anoche nuevamente fuera de control y hablía duplicado la extensión de su frente.
La arriesgada tarea de los bomberos se complicaba por las características del terreno y por el viento, según se reiteró anoche por parte del jefe del cuartel de Alcira Gigena, en cuya jurisdicción se libra la batalla contra las llamas.
Walter Reynolds, jefe de Gigena, señaló anoche a PUNTAL que el frente de fuego se extendía a lo largo de 2.500 metros y se desplaza a unos diez kilómetros del pueblo.
Tarea complicada
Reynolds explicó que "Hay un cordón de fuego muy amplio, de dos kilómetros y medio que cruza entre dos ríos. El terreno hace sumamente difícil llevar a la gente, ya que la tarea con el helicóptero es arriesgada".
"Los bomberos llegan a la zona del incendio a las 9.30 de la mañana y son rescatados a las cinco de la tarde. Es una labor complicada. En la mañana se lo cercó mucho y en un momento se pensó que se extinguiría. Tenía sólo trescientos metros de frente y estaba en un cañadón".
"Pero a las tres de la tarde sopló un fuerte viento que avivó las llamas y lo sacó de control. Ahora (por anoche) el fuego tiene dos kilómetros y medio de frente. Como no sopla viento avanza muy poco. Vamos a tener que cambiar la estrategia", sostuvo.
El incendio tiene dos brazos: el norte que sigue avanzando con su frente ampliado, y el sur, que sube ahora a lo alto de las sierras en dirección a San Luis. Este último fuego se cree, se extinguirá al llegar a la zona de piedras donde no tendrá más combustible que lo alimente.
El otro frente de fuego es el que preocupa más.
La idea es que a primera hora de la mañana unos 60 hombres salgan a ponerle freno, antes de que se levante de nuevo el viento, aunque las condiciones climáticas son muy cambiantes.
Ayer se trabajó con aviones hidrantes y hoy ocurrirá algo similar. Los bomberos apelan al factor suerte, o a la mano de Dios -como señalan- para que las llamas se apaguen con la tarea que emprenderán.
Además, se trabajó muchas horas para abrir una calle entre los residuos de los pinos para evitar que el fuego llegue a un sector de cabañas de turismo. El fuego estaba anoche a dos mil metros y se mojó toda una amplia franja para protegerlas.
El incendio se encuentra a unos 12 kilómetros al oeste de la localidad. A casi 1.200 metros de altura.
En el lugar, trabajan más de 60 bomberos de las regionales 2,3, 5 y 7 de la Federación de Bomberos, junto con baqueanos e integrantes de Defensa Civil del municipio de Alpa Corral.
La mañana de ayer había empezado complicada. El jefe del cuartel de Río Cuarto, Javier de Olmos, había volcado en la camioneta que lo llevaba de madrugada a la zona del incendio.
La arriesgada tarea de los bomberos se complicaba por las características del terreno y por el viento, según se reiteró anoche por parte del jefe del cuartel de Alcira Gigena, en cuya jurisdicción se libra la batalla contra las llamas.
Walter Reynolds, jefe de Gigena, señaló anoche a PUNTAL que el frente de fuego se extendía a lo largo de 2.500 metros y se desplaza a unos diez kilómetros del pueblo.
Tarea complicada
Reynolds explicó que "Hay un cordón de fuego muy amplio, de dos kilómetros y medio que cruza entre dos ríos. El terreno hace sumamente difícil llevar a la gente, ya que la tarea con el helicóptero es arriesgada".
"Los bomberos llegan a la zona del incendio a las 9.30 de la mañana y son rescatados a las cinco de la tarde. Es una labor complicada. En la mañana se lo cercó mucho y en un momento se pensó que se extinguiría. Tenía sólo trescientos metros de frente y estaba en un cañadón".
"Pero a las tres de la tarde sopló un fuerte viento que avivó las llamas y lo sacó de control. Ahora (por anoche) el fuego tiene dos kilómetros y medio de frente. Como no sopla viento avanza muy poco. Vamos a tener que cambiar la estrategia", sostuvo.
El incendio tiene dos brazos: el norte que sigue avanzando con su frente ampliado, y el sur, que sube ahora a lo alto de las sierras en dirección a San Luis. Este último fuego se cree, se extinguirá al llegar a la zona de piedras donde no tendrá más combustible que lo alimente.
El otro frente de fuego es el que preocupa más.
La idea es que a primera hora de la mañana unos 60 hombres salgan a ponerle freno, antes de que se levante de nuevo el viento, aunque las condiciones climáticas son muy cambiantes.
Ayer se trabajó con aviones hidrantes y hoy ocurrirá algo similar. Los bomberos apelan al factor suerte, o a la mano de Dios -como señalan- para que las llamas se apaguen con la tarea que emprenderán.
Además, se trabajó muchas horas para abrir una calle entre los residuos de los pinos para evitar que el fuego llegue a un sector de cabañas de turismo. El fuego estaba anoche a dos mil metros y se mojó toda una amplia franja para protegerlas.
El incendio se encuentra a unos 12 kilómetros al oeste de la localidad. A casi 1.200 metros de altura.
En el lugar, trabajan más de 60 bomberos de las regionales 2,3, 5 y 7 de la Federación de Bomberos, junto con baqueanos e integrantes de Defensa Civil del municipio de Alpa Corral.
La mañana de ayer había empezado complicada. El jefe del cuartel de Río Cuarto, Javier de Olmos, había volcado en la camioneta que lo llevaba de madrugada a la zona del incendio.
Fuente: Diario Puntal. Viernes 17 de setiembre de 2010. Ver fuente: http://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=88633
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