LA SITUACIÓN DEL MERCADO DE LANA Y CARNES REPRESENTA UNA OPORTUNIDAD PARA UN PLAN DE TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA
El sector bovino se divide en los sistemas de cría y los de engorde, los primeros se localizan en la cordillera y precordillera, extendiéndose hacia la meseta como parte de sistemas mixtos (ovino-bovino). Son tradicionalmente extensivos y de baja productividad, debido principalmente a las limitaciones agro-ecológicas y a la baja aplicación de tecnología. El uso inadecuando de los recursos naturales (pastizales, mallines y bosques) amenaza su sostenibilidad. Los sistemas de engorde bovino se desarrollan en los valles, con un uso intensivo de insumos extrarregionales (granos o balanceados) que implican una alta dependencia y riesgo. En las zonas de producción más alejadas de los frigoríficos la comercialización de la carne es dificultosa.
El sector agrícola es amenazado por el aumento de la relación costos/ingresos y la baja productividad de los cultivos frutícolas tradicionales, lo que genera un proceso de expulsión del pequeño y mediano productor del sistema y condiciona la sostenibilidad de toda la cadena. Los controles insuficientes y la inadecuada gestión y manejo de los recursos hídricos provocan degradación ambiental (ascenso de napas y salinización). El uso inadecuado de algunas prácticas genera riesgos ambientales y contaminación de suelos, agua y aire. Las consecuencias ambientales del avance de los cultivos intensivos sobre la zona de monte no ha sido suficientemente evaluado, pero hay evidencias que en nuevas áreas de colonización de tierras de regadío, la erosión eólica es un aspecto sumamente relevante. Además, parte de las tierras aptas para cultivo de los valles se pierden por el avance de la urbanización.
En el sector forestal, el bosque nativo soporta problemas de degradación por manejo inadecuado, incendios, extracción de leña y ganadería, y competencia por el uso de la tierra para con urbanización. Los bosques nativos, principalmente los ñirantales, están sometidos a la presión de la herbivoría, que condiciona su capacidad de renuevo. Por su parte, la viabilidad económica potencial del monte implantado es atractiva, pero los plazos del ciclo productivo son muy largos y falta infraestructura de procesamiento. Las cortinas forestales en los valles, necesarias para proteger los cultivos y con potencial de aprovechamiento secundario para producción de madera, son en muchas zonas insuficientes.
Oportunidades
La Patagonia es considerada a nivel mundial como una región natural y preservada, reservorio de agua dulce y prestadora de servicios ambientales. Los sistemas de producción predominantes en toda la región se sustentan en el aprovechamiento de los pastizales naturales, los bosques nativos y el agua para riego. Los recursos naturales son sustento de la producción en la región y factor estratégico en la competitividad de productos diferenciados, asociados a sus atributos específicos, a valores intangibles de la Patagonia y/o a los procesos de producción amigables con el ambiente.
La producción ovina extensiva, con 9,5 millones de cabezas (76 por ciento del stock nacional), es la principal actividad agropecuaria y cuenta actualmente con una demanda sostenida de carne y lanas finas (las que son ampliamente reconocidas en el mercado internacional por su calidad). Los cambios en el escenario nacional e internacional han posicionado favorablemente a ambos productos en segmentos de mercado de alto poder adquisitivo, que además demandan altos estándares de calidad e inocuidad y procesos productivos amigables con el medioambiente.
La producción bovina, con 1 millón de cabezas, se desarrolla fundamentalmente en las áreas con mayor potencial forrajero: valles, mallines, monte y la zona cordillerana. En Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, la producción de carne bovina sólo cubre un 25-30 por ciento del consumo, mientras que en Río Negro y Neuquén se alcanza el 40-45 por ciento. Tanto en producción bovina como en ovina la potencialidad de la producción de carne se fortalece por el elevado status sanitario al sur del Río Colorado (libre de aftosa sin vacunación) que posiciona a la región con una importante ventaja competitiva para la exportación. El déficit regional de carne posiciona a la carne ovina y bovina como un producto de excelente precio en el mercado interno.
Potencialidades
Las condiciones de mercado favorables tanto para lana como para carne ovina y bovina, representan una oportunidad para la implementación de un plan de transferencia tecnológica de mediano plazo -vinculado a políticas activas-, ya que la brecha tecnológica es muy amplia. La producción caprina (1,3 millones de cabezas; 88% en Río Negro y Neuquén), es una actividad característica de los minifundistas y constituye la base primordial de sus sistemas productivos (mixtos ovinocaprinos), orientados al consumo de la carne y venta del pelo.
Existe un alto potencial de expansión de la superficie bajo riego en los valles, en los cuales se dan condiciones favorables para la producción forrajera, hortícola, florícola y frutícola (frutales de carozo y pepita, vid, frutos secos y frutas finas). La época de producción de frutas y flores de corte es en contraestación con respecto al hemisferio Norte. Paralelamente, la producción de hortalizas alcanza sólo para el 15 por ciento del consumo regional. El alto status en sanidad vegetal (zona libre de mosca de los frutos; baja prevalencia de sarna y libre de tizón de fuego y Sharka) permite la producción agrícola con bajos niveles de agroquímicos e incluso en forma orgánica, posicionándola favorablemente en el mercado. Además, existe la posibilidad de producir alimentos con características nutracéuticas, en un contexto de demanda mundial creciente de este tipo de productos. Las actividades productivas de los valles, especialmente las intensivas, generan una alta demanda de empleo.
Los bosques nativos cubren 3.600.000 hectáreas. Además de ser el sustento de la actividad maderera y silvopastoril, contribuyen a la consolidación de cuencas, a la captación de CO2 y a la preservación de la biodiversidad. La ley de Bosques ha estimulado a los Gobiernos Provinciales, quienes están demandando desarrollos tecnológicos que permitan garantizar el uso sustentable del bosque nativo. Por su parte, las aproximadamente 50.000 hectáreas de montes implantados están muy por debajo del potencial para la región (aproximadamente 2.000.000 hectáreas).
Tanto para el manejo como para la conservación y/o recuperación de los recursos naturales, se observa una continua generación de nuevos conocimientos, tecnologías y accesibilidad a la información. Además, existen políticas de promoción del agregado de valor de los productos agropecuarios y legislación y programas de incentivos para ganadería y manejo forestal.
Fuente: El Diario de Madryn. 14 de Febrero de 2012. Ver fuente:
http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=141299
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