2011/02/04

Cortinas Forestales - Rompevientos

Las cortinas cortaviento se instalan principalmente para expandir o incrementar la producción agrícola, proteger los cultivos, el ganado y las viviendas de los fuertes vientos.

La forestación de cortinas también pueden planificarse para la producción de madera. Las cortinas rompeviento están constituidas por líneas de árboles (de una a diez) que protegen pasturas, cultivos o árboles contra el viento. Una cortina rompeviento puede ser al mismo tiempo una cerca viva. Las mismas ofrecen el máximo de eficiencia cuando se encuentran perpendiculares a la dirección de los vientos predominantes. Además el largo de la cortina determina la constancia de su influencia, mientras más larga sea mas constante será la influencia de la misma. Si esta es muy corta o posee partes descubiertas los efectos de ace-leración de filetes de vientos se verán incrementados.

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Beneficio de las cortinas cortaviento

La implantación de una cortina cortaviento, promueve un aumento de la producción agrícola de la superficie protegida, al disponer los cultivos de mayor humedad para su ciclo vegetativo y al disminuir el estrés de las plantas. En los campos de pastoreo, esta acción se traduce en un mayor rendimiento de forraje por unidad de superficie, lo que trae como consecuencia el aumento de la capacidad receptiva de los campos. La protección de la cortina impide también daños físicos de diferentes grados, ocasio-nados por los vientos y la arena transportada por éste, y que van de rotura de plantas a leves laceraciones en las hojas. Existe una zona angosta, adyacente a las cortinas, en que el rendimiento del cultivo queda reducido debido principalmente a competencia radicular y al sombreado ejercido por la línea de árboles.
- Las cortinas cortaviento reducen el peligro de la erosión eólica, y la consiguiente pérdida de fertilidad. En la fijación de dunas, tanto costeras como continentales, los cortavientos también ejercen una acción decisiva.
- El valor del terreno se ve incrementando por la implantación de las cortinas cortaviento, ya que se las considera una mejora. Al someterlas a un manejo silvícola, pueden llegar a ser una fuente importante de ingresos, por concepto de producción de madera aserrada, postes, leña y subproductos.
- Otra utilidad es la de proteger casas rurales, aportando además un valor estético, especialmente en zonas áridas.



Los principales factores que inciden en la reducción de la velocidad del viento son la porosidad de la cortina y la distancia desde la cortina, generalmente expresada como múltiplos de la altura total (Ht) de los árboles que conforman la cortina cortaviento. La porosidad permite la penetración del viento y evita la turbulencia del aire que pasa por encima de la cortina hacia el suelo. Cuando la porosidad se incrementa por ejemplo, cuando los árboles están plantados más distanciados entre sí, la ubicación de la máxima protección se encuentra más alejada de la cortina, llegando a proteger áreas equivalentes a 20 veces Ht. La determinación de la longitud del área de protección para diferentes niveles de porosidad, respecto de los vientos predominantes, aporta información para establecer la distancia de plantación entre las cortinas cortavientos primarias o principales, que son las perpendiculares a los vientos predominantes. Esto conduce a efectuar planificaciones prediales con diseños de barreras protectoras al viento efectivas y económicas.
Otras ventajas

- Tienen un costo relativamente bajo o ninguno
- Duran un tiempo considerablemente largo.
- La función de estas barreras es la de favorecer el crecimiento de los vegetales.

El anhídrido carbónico (CO2) contenido en el aire es absorbido por estos en el proceso de fotosíntesis. Cuando el aire es barrido por el viento, la captación de CO2 por parte de las plantas se hace más dificultosa, disminuyendo su crecimiento. Este efecto da como resultado que el mayor aumento de la masa forrajera, la cual se produce en aquellos días en que el aire está en reposo. Cualquier productor puede notar si realiza una observación, el mayor desarrollo y vigor con que crecen los vegetales en las inmediaciones arbóreas.
Intercambio de nutrientes del suelo.

Las raíces de los árboles buscan sus nutrientes en los estratos más profundos del suelo y los trasladan hacia sus copas, donde se encuentran sus hojas, que al caer al suelo los dejan en superficie, formando humus que es absorbido por el forraje. En este proceso los nutrientes son transportados desde la profundidad del suelo a las capas más superficiales. A su vez los animales en busca de mayor confort depositan sus deyecciones en las inmediaciones de los montes que son absorbidas como nutrientes por las plantas favoreciendo su desarrollo, complementándose mutuamente.
Montes de sombra y reparo para la hacienda.
Durante el verano la temperatura bajo los árboles disminuye en casi 5 grados con respecto a la que se registra a pleno sol. Esto es debido a que el follaje impide el paso de los rayos solares y la estructura del árbol funciona como un circuito refrige-rante, para el aire que lo atraviesa, debido al contenido de savia fresca en su interior. En invierno, los vientos fríos y las bajas temperaturas son atenuadas por la disposición geométrica de las especies implantadas en forma de cortinas, impi-diendo las heladas bajo sus copas, aún cuando se trate de especies que volteen sus hojas en el período invernal.
Estos efectos son aprovechados por los animales que buscan los montes y cortinas forestales para su abrigo y sombra dependiendo de las condiciones meteorológicas imperantes en los distintos momentos del día. Los animales mantienen su estabilización térmica corporal mediante la transformación de energía a través de la sudoración (pérdida) para bajar la temperatura, o de la combustión de grasas (pérdida) para aumentarla. Por ende en la medida que se disminuyan estas pérdidas por efecto de las cortinas rompeviento, la producción de un establecimiento que las posea, con respecto a otro que no, será mayor, con su consiguiente beneficio en el tiempo.

Regular la humedad ambiental.
La humedad y los gradientes de tensión de vapor se ven incrementados en la región protegida, dado que el agua transpirada y evaporada no es transportada fácilmente fuera de la misma.

Reducir la evaporación de agua.

La evaporación esta directamente vinculada con la velocidad del viento por lo tanto al disminuir la misma se genera un ahorro de agua importante en la zona protegida. De esta forma puede otorgar mejores condiciones para la germinación de las semillas.
Disminución en el daño ocasionado a los huertos frutales, frutos, donde la acción del viento se manifiesta por la destrucción de las flores y por la caída de los frutos, reduciendo el rendimiento económico.
Es también fuente de néctar y polen para las abejas, albergan fauna silvestre y producen madera para construcciones rurales, tablas, cajonería y leña. Rinden diversos productos de valor económico, como alimento humano, forraje, productos medicinales, leña y nuevos postes para cercas. Especies a utilizar La elección de una especie se hace en función del tipo de suelo, los requerimientos de agua, velocidad de crecimiento, susceptibilidad a plagas y tipo de cortina a construir.

Determinadas especies para ser incluidas dentro del Régimen de Bosques Cultivados, como los eucaliptos, los álamos y pinos. Se encuentran básicamente dos tipos de árboles: De hoja caduca, son todos aque-llos que en otoño pierden sus hojas, por lo tanto, la planta reduce su actividad al mínimo. De hoja perenne, son los que "no voltean" las hojas en otoño, pero igualmente disminuyen su actividad. Siendo estas las más usadas dado que durante todo el año están brindando protección. Con relación a la época de plantación siempre se recomienda el invierno, ya que la planta se encuentra en período de dormición. Permitiendo que la misma se arraigue y por consiguiente consiga en la primavera las condiciones necesarias para poder rebrotar.
Algunas especies recomendadas alamo carolino:
Hoja caduca; reproducción AGAMICA (por estaca). Es un árbol muy plástico con respecto a suelos; resiste bien el frío, pero es sensible a heladas tardías.
ALAMO CRIOLLO:
Conocido vulgarmente como "MUSSOLINI"; es especial para cortinas por su copa muy cerrada; no soporta el agua estancada. Suelos profundos y permeables; hoja caduca.
ALAMO PLATEADO:
Hoja caduca, con una cara verde y el envés blanco-plateado. Es sumamente rústico y resiste a las sequías, soporta cierto grado de salinidad en suelo y agua. Es de rápido crecimiento y produce renuevos de raíz que se transforman en una auténtica plaga.
ACACIA BLANCA:
Hoja caduca; lento crecimiento. Necesita suelos fértiles, sueltos y profundos. Sombra y madera.
CASUARINA:
Hoja perenne; prefiere suelos frescos y profundos, tienen una gran tolerancia a anegamientos temporarios; cuenta con una adecuada tasa de cre-cimiento. Posee un sistema radicular muy poderoso que lo hace resistente a los vientos. Estas se adaptan casi perfectamente a las condiciones que debe tener la cortina ideal. Es algo sensible a fuertes heladas, por lo tanto se recomienda plantarla una vez pasadas el peligro de heladas tardías. En suelos pesados es conveniente plantar Casuarina glauca.
EUCALIPTO ROSTRATA:
Hoja perenne, llamado "colorado"; es la especie más rústica de los eucaliptos, pues crece en suelos secos o húmedos con pH elevado, caluroso o fríos. Es la especie más cultivada del mundo. Fuste tortuoso.
E. SIDEROXYLON:
Hoja perenne; es una variedad poco conocida pero muy plástica; su característica principal es que posee flores rojas, lo que la hace excelente como ornamental.

E. TERETICORNIS:
Hoja perenne; es muy similar a E. Rostrata en cuanto a requerimiento de suelo y climáticos, pero su diferencia principal es que éste presenta fuste o tronco derecho lo que le da valor forestal, especial para cortinas.
E. VIMINALIS:
Hoja perenne; muy resistente al frío; soporta tempera-turas de hasta -17º C. Fuste poco ramificado.
FRESNO:
Hoja caduca; árbol muy ornamental por el colorido de sus hojas en otoño; se adapta para sombra y reparo. No sobrepasa los 20 mts.
OLMO SIBERIANO: (PUMILA)
Resistente al frío y los suelos pesados; forma montes de sombra tupida. Excelente sistema radicular que le permite soportar fuertes vientos.
SAUCE LLORÓN:
Hoja caduca; se adapta a varios suelos siempre que tengan buena dotación de agua. No resiste salinidad.
Consideraciones finales
Para el logro de una buena cortina es importante atenderla considerablemente los primeros 2 a 3 años. También debe ser conducida de manera apropiada en su etapa adulta para lograr la permeabilidad deseada. En las plantaciones jóvenes es esencial el control de malezas. El objetivo es asegurar el rápido establecimiento y por lo tanto el logro de una cortina pareja. Varios métodos se utilizan para tal fin y los herbicidas constituyen uno de los medios más utilizados, pudiendo emplearse tanto los de contacto como residuales.
Los herbicidas y sus dosis difieren según la va-riedad de la plantación, su edad, condiciones climáticas y tipo de suelo, entre otros. El riego en los dos o tres primeros años es una medida fundamental que debería tomarse. Prácticamente todas las especies responden a la irrigación. Las cantidades y frecuencias dependen de muchos parámetros, algunos de ellos relacionados con la planta, y otros con el suelo y clima donde esta ubicada la cortina. Aunque no esta muy difundida, la fertilización es conveniente. Otros aspectos a tener en cuenta son la conducción y la poda, la primera se inicia a edad temprana en casi todas las especies y consiste en asegurar la dominancia apical de la planta. Se logra dejando solo un líder que lleve la planta hacia arriba y asegurando que no se pierda. La mayoría de las especies, necesitan poda lateral si se quiere asegurar la permeabilidad deseada y evitar que la planta se descubra en la parte basal. Sauces y álamos requieren una o dos podas anuales. Otras, debido a su menor crecimiento, deben ser podadas cada dos años (como casuarinas). En las especies de hoja perenne es muy importante hacer la poda en otoño de manera que las heladas de invierno no afecten al follaje.
Cabe destacar que las cortinas compiten con las plantas que protegen en su cercanía, para ate-nuarla, se debe proceder a podar las raíces. Esto cobra gran importancia cuando la cortina esta integrada por álamos, eucaliptos o sauce, que cuentan con un sistema radicular desarrollado y someten al cultivo en una gran competencia. En condiciones favorables, las raíces de estos árboles se pueden encontrar a 10 metros de la cortina a los 3-4 años de plantados. Esto se logra, por ejemplo, me-diante el pasado a intervalos regula-res de un subsolador a una distancia de unos 1,5-2 metros de la cortina y a unos 60 cm de profundidad.
Cuando se diseña la plantación frutal se debe considerar necesariamente el empleo de cortinas fores-tales. El costo adicional que gene-ra se ve ampliamente compensado en la producción del cultivo que protege. Se enfatiza además que el diseño de hileras simples en contra de hileras múltiples, de una adecuada elección de la especie a plantar, del cuidado de los primeros años, y sobre todo el manejo de la etapa adulta, permitirá lograr la permea-bilidad necesaria, la cobertura deseada y además evitar la competencia del cultivo.
Conclusiones
A pesar de todas las bondades mencionadas, las barreras rompeviento son una especie en extinción en nuestro país. Se necesita difundir sus bondades y estimular su implantación, ya que solo se reciben beneficios de ellas. La generación de políticas de promoción desde el estado es otra de las tareas pendientes.
 Manual de Prácticas Conservacionistas para la Subregión Semiárida Pampeana. O. J. Santanatoglia. Fac. de Agro. UBA. Manual de Climatología y Fenología Agrícolas. Facultad de Ciencias Agropecuarias UNC.
Fuente: Cuenca Rural.  27 de Enero de 2011.  Ver fuente: http://www.cuencarural.com/agricultura/71366-cortinas-forestales-rompeviento/

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